martes, 21 de junio de 2016

VERANO

Este verano no será un verano más, este verano toca estudiar. Pero como siempre se intentará aprovechar el tiempo al máximo. Ya tenemos hechos un montón de planes, que si pasar el día en la playa, que ir de compras, que si ir al cine, que si ir de acampada, y por supuesto salir por ahí... Pero bueno todo empieza con San Juan, en la gran hogera de Porto Meloxo, y luego ya se verá como va el veranito. Yo estes últimos no para de escuchar a mis amigas planear cosas de vareno, mientras que yo me mordía las uñas por los examenes que nos quedaban, está bien desconectar, pero a su debido tiempo... Casi no empezaron las vacaciones y ya me estoy agobiando por el curso que viene, se que cada curso hay que esforzarse y aplicarse más, y yo personalmente se que ma hace falta más de la dos cosas, así que ya sé lo que me toca, ponerme las pilas y buscar algun hueco para relajarme y disfrutar. Espero que este sea un buen verano.

A LA LUNA

Oh tú, graciosa luna, bien recuerdo
que sobre esta colina, ahora hace un año,
angustiado venía a contemplarte:
y tú te alzabas sobre aquel boscaje
como ahora, que todo lo iluminas.
Mas trémulo y nublado por el llanto
que asomaba a mis párpados, tu rostro
se ofrecía a mis ojos, pues doliente
era mi vida: y aún lo es, no cambia,
oh mi luna querida. Y aún me alegra
el recordar y el renovar el tiempo
de mi dolor. ¡Oh, qué dichoso es
en la edad juvenil, cuando aún tan larga
es la esperanza y breve la memoria,
el recordar las cosas ya pasadas,
aun tristes, y aunque duren las fatigas!
 
 
Giacomo Leopardi es el autor de este poema, perteneciente a su única obra, los Cantos. Uno de los temas principales de este poema es el tedio y la desesperanza, reflejando una vida sin sentido. De nuevo vuelve a aparecer el escenario de la noche, donde la voz poética le habla a la luna, realizando una personificación de esta, contándole cuan dichoso se siente y mostrando una añoranza del pasada y de la juventuz.  
 

PLENITUD

Puesto que apliqué mis labios a tu copa llena aún,
y puse entre tus manos mi pálida frente;
puesto que alguna vez pude respirar el dulce aliento
de tu alma, perfume escondido en la sombra.
Puesto que me fue concedido escuchar de ti
las palabras en que se derrama el corazón misterioso;
ya que he visto llorar, ya que he visto sonreír,
tu boca sobre mi boca, tus ojos en mis ojos.
Ya que he visto brillar sobre mi cabeza ilusionada
un rayo de tu estrella, ¡ay!, siempre velada.
Ya que he visto caer en las ondas de mi vida
un pétalo de rosa arrancado a tus días,
puedo decir ahora a los veloces años:
¡Pasad! ¡Seguid pasando! ¡Yo no envejeceré más!
Idos todos con todas nuestras flores marchitas,
tengo en mi álbum una flor que nadie puede cortar.
Vuestras alas, al rozarlo, no podrán derramar
el vaso en que ahora bebo y que tengo bien lleno.
Mi alma tiene más fuego que vosotros ceniza.
Mi corazón tiene más amor que vosotros olvido.
 
 
Este poema pertenece al poeta fracés Víctor Hugo, el cual no solo destacó en la lírica, sino que también en la dramática y en la narrativa.
Como podemos ver en este poema, su poesía se caracteriza por una gran abundancia de metáforas, imágenes, paralelismos y repeticiones. En el poema hace mención al amor, al tiempo y a la plenitud de la vida.

SONETO

Cuando contemplo, sobre el rostro estrellado de la noche,
grandes símbolos nubosos de una alta leyenda,
y pienso que nunca viviré para trazar
sus sombras con la mágica mano de la suerte;
y cuando siento, hermosa criatura de un instante,
que nunca más podré mirarte
ni disfrutar del poder mágico
de un amor pasional..., entonces, a la orilla
del vasto mundo me quedo solo y pienso
hasta que el Amor y la Gloria en la nada se hunden.
 
 
Este poema pertenece al poeta inglés John Keats, el cual tambíen pertece a esta segunda generación de poetas ingleses románticos.Es considerado el mejor compositor de sonetos en lengua inglesa.
En este soneto en concreto podemos ver como el poeta reflexiona sobre el amor, la melancolía y el tiempo, reflejando esto en el paisaje de la noche, un claro símbolo del romanticismo.
Destacan algunos recursos literarios como una personificación en el primer verso y una metáfora en el cuarto verso.

FILOSOFÍA DEL AMOR

Las fuentes se unen con el río
y los ríos con el Océano.
Los vientos celestes se mezclan
por siempre con calma emoción.
Nada es singular en el mundo:
todo por una ley divina
se encuentra y funde en un espíritu.
¿Por qué no el mío con el tuyo?
 
Las montañas besan el Cielo,
las olas se engarzan una a otra.
¿Qué flor sería perdonada
si menospreciase a su hermano?
La luz del sol ciñe a la tierra
y la luna besa a los mares:
¿para qué esta dulce tarea
si luego tú ya no me besas?
 
Cuando me embarga el miedo de que puedo morir
sin que haya mi pluma cosechado los frutos de mi alma
ni mis libros se alcen apilados
como en el granero los granos ya maduros.
 
 
Este poema pertenece al poeta inglés Percy Shelley que pertenecía a los llamados "poetas rebeldes". Se trata de la segunda generación de poetas ingleses románticos, llamados así debido a sus actitudes, sus volutariamente cortas vidas y a su extravangancia. En este poema Shelley utiliza los elementos de la naturaleza entrelazados con la temática del amor. Y a su vez, nos trasmite un sentimiento de angustia o preocupación que resalta en la última estrofa.
Podemos destacar del poema el uso de las preguntas retóricas, varias personificaciones como en los versos 9 y 14, y una comparación en las dos últimos versos.

lunes, 20 de junio de 2016

HIMNO A LA NOCHE II

¿Tiene que volver siempre la mañana?
¿No acabará jamás el poder de la Tierra?
Siniestra agitación devora las alas de la Noche que llega.
¿No va a arder jamás para siempre la víctima secreta del Amor?
Los días de la Luz están contados;
pero fuera del tiempo y del espacio está el imperio de la Noche.
–El Sueño dura eternamente. Sagrado Sueño.–
No escatimes la felicidad
a los que en esta jornada terrena se han consagrado a la Noche.
Solamente los locos te desconocen, y no saben del Sueño,
de esta sombra que tu, compasiva,
en aquel crepúsculo de la verdadera Noche
arrojas sobre nosotros.
Ellos no te sienten en las doradas aguas de las uvas,
en el maravilloso aceite del almendro
y en el pardo jugo de la adormidera.
Ellos no saben que tú eres
la que envuelves los pechos de la tierna muchacha
y conviertes su seno en un cielo,
ellos ni barruntan siquiera
que tú,
viniendo de antiguas historias,
sales a nuestro encuentro abriéndonos el Cielo
y trayendo la llave de las moradas de los bienaventurados,
de los silenciosos mensajeros de infinitos misterios.



 Himno a la noche II forma parte de un grupo de poemas románticos llamados "Himnos a la noche". Donde su autor de nacionalidad alemana, Novalis, nos expresa a búsqueda del amor, y con esta, la del sentido del mundo, en un escenario romántico tan simbólico como lo es la noche. Esta búsqueda de significado del amor y del sentido del mundo, además de la escenificación nocturna, está claramente reflejado en los seis primeros versos, donde el autor hace uso de varias preguntas retóricas para resaltar la duda ante esa incesante búsqueda.
En el poema destacan algunos recursos literarios como el paralelismo estructural (versos 14,15,16 y 17,18,19), también podemos encontrar algunas metáforas (versos 17,18,19,23 y 24) y algunas personificaciones (versos 10,11,13,14,17,18 y 23).

Más allá del juego

Me dolía, recordarla me dolía. La veía tan insegura, tan frágil, que me costaba creer que aquella era yo.
 Era extraño, recordar sentirme tan... Tan distinta quizás, tan rara, tan sola. Ese sentimiento... sentirme aterrada, judgada, observada. Y es entonces cuando empieza todo. Ves como cometes un error tras otro, y empiezas a hundirte más, fallo tras fallo, error tras error. Encerrandote en ti misma. De pronto desconectas de todo, y sientes como el mundo se te viene encima, esa sensación... como si te faltara el aire... Es como estar ahogándote delante de todos pero sin que nadie te vea.

Pesadillas

Contemplaba desde la ventana el cielo estrellado, escuchando el silencio nocturno.
En una ventana cercana veía a una niña soñar. Saltaba alegremente mientras tararareaba una suave melodía y jugaba con un brillante y delicado polvo dorado, tan dulce, tan llena de ilusión... Y de pronto, oscuridad. Poco a poco se adentró en la habitación, tornando ese dorado polvo en negras cenizas. Un susurro. Nada. Ya no se escuchaba cantar a la niña. Estaba quieta, callada. Una sensación invadía la habitación, miedo.
Pesadillas...